Zaruma enloquecida con la minería ilegal

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La sombra de la minería ilegal sigue contaminando el Cantón Zaruma, y las recientes acciones de las autoridades parecen ser apenas un espejismo de control en medio de una realidad desoladora. A pesar de los operativos anunciados y la presunta coordinación entre la inteligencia militar y la Agencia de Regulación y Control de Energía, la ilegalidad persiste de manera alarmante.

La última incursión del Bloque de Seguridad en el sector de Vizcaya del mencionado cantón reveló un espeluznante arsenal de material abandonado utilizado para actividades mineras clandestinas. Entre los elementos confiscados se encontró tacos de nitrato de amonio, unidades de explosivo, junto con cápsulas ordinarias, mechas lentas y otros dispositivos explosivos.

Resulta inconcebible cómo, a pesar de la evidencia contundente y los recursos destinados, la minería ilegal continúa operando con total impunidad en la región. La ineficacia de los controles gubernamentales se hace evidente, dejando en entredicho el compromiso real de las autoridades para erradicar esta lacra que amenaza no solo el medio ambiente, sino también la seguridad de la población.

Es especialmente decepcionante la actuación de la Agencia de Regulación y Control de Energía, cuyos operativos parecen ser apenas una fachada de acción en medio de una realidad que no cesa. ¿Cómo es posible que, a pesar de sus esfuerzos, la ilegalidad continúe campante? Esta institución debe rendir cuentas y explicar por qué su labor no se traduce en resultados tangibles para la sociedad.

Las Fuerzas Armadas, por su parte, ratifican su compromiso con la seguridad del país y de los ecuatorianos, pero ¿dónde está esa seguridad cuando la minería ilegal sigue prosperando en nuestras propias narices?
Es hora de que las autoridades asuman su responsabilidad y tomen medidas efectivas para poner fin de una vez por todas a esta actividad delictiva que socava los cimientos de nuestra sociedad. Los ecuatorianos exigimos acciones contundentes y no más promesas vacías. Es momento de pasar de las palabras a los hechos y proteger nuestro patrimonio natural y la seguridad de nuestros ciudadanos.

El Cantón Zaruma clama por justicia y por un gobierno que realmente esté del lado del pueblo, no de los intereses oscuros que perpetúan la impunidad. Las autoridades tienen la obligación moral y legal de actuar con determinación y valentía para poner fin a esta vergonzosa realidad que nos avergüenza como sociedad. El tiempo de la inacción ha terminado.

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