La japonesa Komatsu está preparándose para la descarbonización de su actividad en los años venideros. Ya contaba con la colaboración de Proterra para electrificar maquinaria pesada de construcción, y dicha colaboración se amplía a la maquinaria subterránea. En este caso hay buenas razones para hacerlo, medio ambiente aparte.
En las explotaciones mineras hay tres requisitos muy importantes bajo tierra que son ideales para vehículos eléctricos. Por un lado, que se dejen de emitir gases en espacios cerrados y mal ventilados de cara a los trabajadores. Por otro lado, la fiabilidad y la seguridad en general.
Las baterías Serie H de Proterra se instalarán en cargadores frontales LHD de bajo perfil (ver imagen de portada), perforadoras y taladros para roca dura. La fase de prototipos comenzará este año en Estados Unidos, y la comercialización se espera para 2022. Habrán pasado 14 años desde los primeros híbridos que incorporó Komatsu a su catálogo, concretamente palas excavadoras.
Por otro lado, Komatsu anunció en agosto una alianza con sus clientes industriales para colaborar en la planificación, desarrollo, pruebas y despliegue de productos cero emisiones para minería pesada. De momento se trabaja con prototipos de volquetes rígidos con múltiples fuentes de energía.
Proterra es un proveedor de baterías puntero en su campo, principalmente maquinaria industrial. Entre sus características podemos destacar la refrigeración líquida, sensores de voltaje en cada paquete de baterías, así como medidas para evitar la propagación de incendios o calentones de las celdas. Están diseñadas para el trabajo más duro.
Ni Komatsu ni Proterra han revelado especificaciones técnicas ni de los prototipos ni de las baterías.