Bolivia cortó la cinta de su primera planta industrial de litio, el comienzo de lo que espera que sea un boom de las exportaciones del metal para baterías que podría sacarla del borde de la crisis económica. Pero el camino será largo.
En una ceremonia celebrada el viernes en el salar más grande del mundo, el Presidente Luis Arce inauguró la planta de 100 millones de dólares, diseñada para producir hasta 15.000 toneladas de carbonato de litio al año para alimentar vehículos eléctricos en el proceso de abandono de los combustibles fósiles. Sin embargo, la planta está empezando a funcionar gradualmente y sólo alcanzará una quinta parte de su capacidad el año que viene.
Para este país andino sin salida al mar, la explotación de los vastos yacimientos de litio suspendidos en salmuera bajo el remoto salar de Uyuni es una forma de evitar una inminente crisis de liquidez, ya que consume sus reservas de divisas en medio de la disminución de las exportaciones de hidrocarburos.
Pero aunque Bolivia tiene muchos más recursos de litio que su vecino Chile, aún no se consideran económicamente viables. La salmuera de Uyuni tiene altos niveles de magnesio, lo que hace que su litio sea menos puro y costoso de producir, y el puerto más cercano está al menos a 500 kilómetros y un paso fronterizo de distancia. Un historial de agitación política y social y un enfoque estatal de los recursos naturales son otros factores disuasorios para el capital privado, al igual que el desplome de más del 80% de los precios de este año.
«Con la cantidad de recursos que tiene Bolivia, debería haber sido una potencia en el sector del litio hace mucho tiempo», afirmó Sung Choi, analista de metales y minería de BNEF. «Habrá que ver si esta vez será diferente».
Aún así, dado el enorme potencial de Bolivia, algunas empresas extranjeras se han mostrado dispuestas a hacer negocios allí, con nuevas técnicas de extracción directa consideradas clave para que Bolivia sortee sus problemas de pureza y acorte el camino hacia la producción.
Esta semana, la empresa estatal YLB y la rusa Uranium One Group firmaron un acuerdo para construir una planta de extracción directa por 450 millones de dólares, mientras que un consorcio chino liderado por Contemporary Amperex Technology Co. planea invertir 1.400 millones de dólares en plantas en el país. Bolivia tiene previsto ofrecer más contratos de extracción directa de litio.
Un grupo chino estuvo detrás de la construcción de la planta de carbonato inaugurada el viernes en una ceremonia a la que asistieron trabajadores, soldados, periodistas y autoridades. Vestido con un poncho tradicional y un sombrero de alpaca, el Presidente Arce habló de un «paso trascendental» para que Bolivia se convierta en un actor importante en el crítico mineral.
Pero la planta, que lleva tres años de retraso, no alcanzará su capacidad hasta 2025, según Karla Calderón, Presidenta Ejecutiva de YLB. La producción inicial no será de grado batería ni continua y se venderá en el mercado al contado, sin fecha aún para la firma de contratos de suministro.
«Esta noticia es un paso positivo para el mercado del litio en general, ya que podría ayudar a diversificar las fuentes de suministro dada la fuerte demanda a largo plazo», dijo Chris Berry, presidente de House Mountain Partners, una consultora del sector. «Aun así, la responsabilidad recae sobre los operadores aquí para demostrar que pueden producir de forma rentable cantidades significativas de litio según las estrictas especificaciones de los clientes».