Al menos 20 personas, incluyendo 9 niños, murieron este lunes en la Franja de Gaza durante un bombardeo de las fuerzas militares de Israel, según aseguró el ministerio de Sanidad de Gaza, territorio palestino gobernado por el movimiento islámico Hamás.
El ataque aéreo se produjo luego de que desde Gaza se estuvieron lanzando cohetes hacia Jerusalén, donde fue evacuada la sede del Parlamento de Israel mientras sonaban las sirenas.
Las tensiones entre israelíes y palestinos se exacerbaron durante los últimos días, llevando a que en Jerusalén se produjera el peor brote de violencia en años.
Hamas había amenazado con atacar Israel luego de que más de 300 palestinos resultaron heridos este lunes en enfrentamientos con la policía israelí en Jerusalén.
Israel dijo que había matado, al menos, a tres militantes de Hamás. «Hemos comenzado, y repito comenzado, a atacar objetivos militares en Gaza», dijo el portavoz de las fuerzas israelíes, teniente coronel Jonathan Conricus.
Fuentes de Hamás aseguraron a la BBC que el comandante de Brigadas de Ezzeldin Al-Qassam, Mohammed Abdullah Fayyad, había fallecido en el ataque.
El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, afirmó que Hamás había «cruzado una línea roja» y que su gobierno respondería «con gran fuerza».
El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, dijo que Hamas necesitaba poner fin a los ataques con cohetes «inmediatamente». «Todas las partes deben reducir la escalada», agregó.
Tensiones desbordadas
Desde hace días existía el temor de que la violencia se podía desbordar este lunes, cuando estaba prevista la realización de una marcha de un grupo de israelíes de extrema derecha a través del barrio musulmán de la Ciudad Vieja.
La marcha era en conmemoración del llamado día de Jerusalén, cuando Israel celebra la captura de la parte oriental de la ciudad durante la guerra de 1967, lo que permitió a los judíos poder acceder a lugares sagrados como el Muro de los Lamentos, al cual tenían prohibido el acceso desde finales de la década de 1940.