El Gobierno ecuatoriano ha iniciado operaciones con la primera turbina de la central hidroeléctrica Alluriquín, aportando 68 megavatios (MW) al sistema eléctrico nacional. Este avance es clave para aliviar la crisis energética que enfrenta el país, marcada por constantes apagones que han afectado a diversas regiones.
La central Alluriquín forma parte del complejo hidroeléctrico Toachi-Pilatón y cuenta con tres turbinas, cada una con una capacidad de 68 MW. Cuando las dos turbinas restantes entren en funcionamiento, previstas para enero de 2025, el complejo generará un total de 204 MW, lo que fortalecerá significativamente la generación eléctrica nacional.
El proyecto ha enfrentado múltiples retrasos desde su planificación inicial en 1963. Su reactivación y puesta en marcha representa un hito para la infraestructura energética del país, además de un paso crucial para estabilizar el suministro eléctrico y reducir los impactos de la crisis actual.
Con la entrada en operación completa del complejo, Ecuador espera consolidar su capacidad de generación hidroeléctrica y garantizar un sistema eléctrico más confiable para sus habitantes.
C. A.