Un descubrimiento fascinante ha puesto de relieve la estrecha conexión entre la naturaleza y la minería. Científicos han identificado partículas de oro en las hojas de eucaliptos, sugiriendo que estos árboles podrían actuar como indicadores naturales de depósitos minerales ocultos bajo la superficie terrestre.
El hallazgo, resultado de un estudio exhaustivo, demuestra que las raíces de los eucaliptos pueden extenderse hasta 30 metros de profundidad, alcanzando depósitos subterráneos de oro. A través del proceso de transpiración, pequeñas partículas del metal precioso son absorbidas junto con el agua y los nutrientes, llegando finalmente a las hojas.
«Es un mecanismo increíblemente eficiente», señaló el Dr. Melvyn Lintern, principal autor del estudio. «Los árboles no almacenan el oro, lo transportan hacia las hojas para luego deshacerse de él, ya que no les resulta útil biológicamente».
Este descubrimiento podría revolucionar la forma en que se exploran y evalúan los yacimientos minerales. En lugar de realizar perforaciones costosas y ambientalmente invasivas, los científicos podrían analizar hojas de árboles para identificar áreas potencialmente ricas en oro.
«Es un método no destructivo que podría reducir el impacto ambiental asociado a la minería», afirmó Lintern.
Aunque el oro es el foco principal, los investigadores creen que este fenómeno podría aplicarse a otros minerales y metales. Además, destacan la importancia de preservar los ecosistemas forestales, que ahora se revelan como aliados estratégicos en la exploración sostenible de recursos.
Este descubrimiento subraya la interdependencia entre la naturaleza y la tecnología, abriendo nuevas puertas para una minería más responsable y menos invasiva, mientras nos recuerda que incluso los árboles tienen secretos que compartir sobre el mundo subterráneo.
C.A.