Pedro Pablo Salas, director para el diálogo social y Paz de Boyacá, aseguró que son “casas en el aire”.
Al menos 120 familias viven en casas con un alto riesgo de derrumbe, debido a una intervención atrópica de guaquería en Quípama, en Boyacá. Al menos 200 personas podrían caer a un abismo de 60 metros.
Estas familias alzaron sus casas sobre un sector de minería donde se rebuscan esmeraldas y todos los días hay un peligro latente de desplome, por lo que se busca que las familias sean reubicadas de manera urgente.
De acuerdo con Caracol Radio, Pedro Pablo Salas director para el diálogo social y Paz de Boyacá aseguró que son “casas en el aire”.
Son literalmente ‘casas en el aire’ que en este momento se sostienen de milagro, pues ellos han comenzado a buscar la esmeralda en los propios muros donde se sostienen estas viviendas, viviendas de tipo informal debido a lo que históricamente ha tenido que vivir con pobreza esta población, de tal manera que hay un socavamiento de las estructuras, por la guaquería que se ha adelantado en donde se sostienen estas 120 viviendas.
Dijo además en la entrevista que, “los riesgos ya han sido evaluados por profesionales de gestión del riesgo, y sobre esta situación, queremos llamar la atención desde varias entidades departamentales, tales como la secretaría de minas, pero también queremos advertir a entidades de control como la Procuraduría”.
La alerta inminente de peligro hizo que la Gobernación de Boyacá enviara un oficio al Gobierno nacional para pida a las multinacionales mineras que explotan la zona y se encargan de exportar esmeraldas que envíen regalías a Quípama, con otras entidades nacionales
Así mismo, que adelante la reubicación de estas familias campesinas en lugares dignos para vivir y así evitar una tragedia.
En Boyacá es común la minería artesanal, lo que ocasiona problemas y accidentes graves. El pasado 21 de junio el Grupo de Seguridad y Salvamento Minero de la Agencia Nacional de Minería informó que se logró el rescate de dos trabajadores atrapados en la mina El Bosque de la vereda Gachaneca, en el municipio de Lenguazaque, Cundinamarca.
De acuerdo con la Agencia de Minería, la zona fue estabilizada y se logró remover el derrumbe ocurrido el pasado jueves 17 de junio. Desde que se conoció la noticia del derrumbe, los grupos de salvamento minero y socorristas iniciaron el protocolo para poder rescatar a los atrapados.
Según las investigaciones preliminares de la ANM, el derrumbe se habría registrado por una falla mecánica. Además, la unidad minera sería ilícita y no tendría los permisos de operación o licencia ambiental, por lo que la autoridad ambiental ordenó el cierre a todo el título minero.
Durante el rescate, Juan Miguel Durán, presidente de dicha agencia, contó que se pudo establecer contacto con los dos trabajadores atrapados en este hecho, y agregó que, “sus condiciones son favorables”.
Valga señalar que, los accidentes de este tipo no son ninguna novedad en Lenguazaque. Está el caso del derrumbe registrado en agosto del año pasado, cuando tres trabajadores quedaron atrapados a 21 metros de profundidad tras una explosión subterránea en el mismo sector de Gachaneca. Si bien lograron rescatarlos, las labores tomaron cerca de 72 horas dada la gran cantidad de tierra que hubo que extraer.
De igual manera, destacan los casos del rescate adelantado en 2018, cuando se necesitaron 22 horas de labores continuas para lograr la salida de otros tres trabajadores atrapados por un derrumbe en una mina de carbón del municipio; o del 2017, en el que el mismo tipo de evento terminó arrebatándole la vida a dos personas.