La industria minera está lidiando con su paradójico papel de proveedora de cobre, litio y otros componentes básicos para las tecnologías renovables, incluso cuando sus operaciones contribuyen al calentamiento global.
Freeport, que explota minas en América e Indonesia, cuenta con unos 600 camiones de transporte -algunos de los cuales mueven más de 400 toneladas de tierra por carga- y otros muchos equipos.
Para alimentar esas máquinas, Freeport compró el año pasado 180 millones de galones de gasóleo, según los documentos reglamentarios, lo que contribuye a sus emisiones de alcance uno (directas).
“Tenemos que invertir para reducir las emisiones de carbono”, dijo Adkerson en la entrevista publicada el miércoles. “Vamos a hacerlo. Va a costar algo de dinero”.
La empresa, con sede en Phoenix (Arizona), está probando camiones impulsados por electricidad e hidrógeno y estudia otras fuentes de combustible para su central eléctrica de carbón en Indonesia, donde explota la segunda mina de cobre del mundo.
Freeport también participa en el Charge on Innovation Challenge con Rio Tinto, BHP Group y otros para ayudar a electrificar mejor las minas.
Se ha unido a consorcios de combustible de hidrógeno en Sudamérica y el año que viene tiene previsto probar camiones diesel-eléctricos de Komatsu y Caterpillar.
La energía representa aproximadamente el 20% de los costes operativos anuales de Freeport, aunque todavía no está claro cómo podría cambiar esto una vez que toda la flota se haya convertido, dijo la empresa.
“Habrá un impacto en el suministro como resultado de la conversión de todo esto”, dijo Adkerson. “Ahora mismo hay más preguntas que respuestas”.
Pero Adkerson, que es consejero delegado desde 2003, dijo que era “absolutamente necesario” que Freeport redujera las emisiones. Citó las condiciones meteorológicas extremas causadas por el calentamiento global y la incongruencia de que la minería del cobre genere emisiones mientras el metal se necesita para soluciones de energía verde
“El mundo va a necesitar cobre y, sin embargo, la minería del cobre genera emisiones”, dijo.
El Consejo Internacional de Minería y Metales (ICMM), grupo comercial del sector presidido por Adkerson, fijó en octubre el objetivo de que todos sus miembros -incluido Freeport– tengan cero emisiones directas e indirectas de carbono para 2050 o antes, en parte retirando los equipos que funcionan con diésel.
Freeport también está estudiando formas de reprocesar la roca residual de sus minas para extraer unos 10,000 millones de libras o más de cobre. Adkerson dijo que es demasiado pronto para decir cuánto cobre podría llegar a producirse con este método, pero añadió: “Nuestro equipo técnico está realmente entusiasmado con ello”.
En España, Freeport está reciclando residuos de chatarra electrónica en una de sus fundiciones. No se espera que la operación se convierta en un objetivo importante para la empresa, que prefiere centrarse en la explotación de grandes minas, dijo Adkerson.
“Esa chatarra (de cobre) será necesaria debido a lo que creo que es la próxima escasez real de cobre”, dijo. “Simplemente no vemos (el reciclaje) como una oportunidad de negocio para Freeport“.