El uso del viento para impulsar embarcaciones es una de las tecnologías marítimas más antiguas, pero ahora puede estar llegando a otro nivel.
Un barco de carga equipado con velas gigantes rígidas de diseño británico acaba de emprender su primer viaje.
La empresa naviera Cargill, que alquiló el barco, espera que la tecnología ayude a la industria del transporte marítimo a marcar rumbo hacia un futuro más verde.
Las velas WindWings están diseñadas para reducir el consumo de combustible y, por lo tanto, la huella de carbono del transporte marítimo.
El viaje inaugural del Pyxis Ocean de China a Brasil proporcionará la primera prueba en el mundo real de las WindWings.
También es una oportunidad para evaluar si un regreso a la manera tradicional de propulsar barcos podría ser el camino a seguir para mover carga en el mar.
Plegadas cuando el barco está en el puerto, las velas se abren cuando está en aguas abiertas. Miden 37,5 metros de altura y están construidas con el mismo material que las turbinas eólicas para que sean duraderas.
Lograr que una embarcación de este tipo sea impulsada por el viento, en lugar de depender únicamente de su motor, podría reducir las emisiones de un buque de carga en un 30%.
De acuerdo con la web especializada MarineTraffic.com, el Pyxis Ocean mide 229 metros de eslora y pesa más de 43.000 toneladas.
Jan Dieleman, presidente de Cargill Ocean Transportation, dijo que la industria estaba en un «viaje hacia la descarbonización». Reconoció que no hay una fórmula mágica para conseguir ese objetivo, pero destacó que este tipo de tecnología es una muestra de lo rápido que están cambiando las cosas.
«Hace cinco o seis años, si le preguntabas a la gente del transporte marítimo sobre la descarbonización, decían ‘bueno, va a ser muy difícil, no veo que esto suceda pronto'», le dijo a la BBC.
“Cinco años después, creo que la narrativa ha cambiado por completo. Todos están realmente convencidos de que deben hacer su parte; todos están luchando un poco sobre cómo vamos a hacer esto», comentó Dieleman.
«Es por eso que hemos asumido este papel como uno de los jugadores más grandes, para asumir parte del riesgo, probar cosas y hacer avanzar la industria», agregó.
Esta nueva tecnología que está usando el Pyxis Ocean fue desarrollada por la firma británica BAR Technologies, que tuvo su origen en el equipo de sir Ben Ainslie para la Copa América 2017, una competencia a veces llamada la «Fórmula Uno de los mares».
«Este es uno de los proyectos más lentos que hemos hecho, pero sin duda es el que tiene mayor impacto para el planeta», dijo a la BBC su director, John Cooper, quien solía trabajar para el equipo de Fórmula Uno McLaren.
Cooper piensa que este viaje será un punto de inflexión para la industria marítima.»Para 2025 la mitad de los barcos de nueva construcción serán con propulsión eólica», dijo.
«La razón por la que tengo tanta confianza es nuestro ahorro: una tonelada y media de combustible por día. Con cuatro velas en un barco, se ahorran seis toneladas de combustible por día, lo que equivale a una reducción de 20 toneladas de CO2. Los números son impresionantes».
La innovación proviene del Reino Unido, pero las velas se fabrican en China. Cooper dice que la falta de apoyo del gobierno británico para reducir el costo del acero importado impide que la empresa las fabrique en ese país.
La energía renovable
Los expertos dicen que la energía eólica es un área prometedora para explorar. La industria del transporte marítimo intenta reducir los 837 millones de toneladas de CO2 que se estima que produce cada año.
En julio acordaron reducir los gases que calientan el planeta a cero «para el 2050», una promesa que los críticos dijeron que era improbable.
«La energía eólica puede marcar una gran diferencia», dijo Simon Bullock, investigador especializado en carga marítima del Centro Tyndall de la Universidad de Manchester.
Apuntó que los nuevos combustibles más limpios tardarán en surgir «por lo que, deberemos hacer todo lo posible por adoptar medidas operativas en los barcos existentes, como modernizar las embarcaciones existentes para que usen velas y rotores».
“En última instancia, necesitamos combustibles sin carbono en todos los barcos, pero mientras tanto, es imperativo hacer que cada viaje sea lo más eficiente posible. Las velocidades más lentas también son una parte fundamental de la solución”, dijo a la BBC.
Stephen Gordon, director gerente de la firma de datos marítimos Clarksons Research, estuvo de acuerdo en que las tecnologías relacionadas con el viento estaban «ganando algo de tracción».
«El número de barcos que utilizan esta tecnología se ha duplicado en los últimos 12 meses», explicó.
«Pero el número no es alto. En la flota de transporte internacional, junto con las solicitudes de construcción de más de 110.000 nuevos buques, tenemos menos de 100 que tienen tecnología asistida por viento en la actualidad«.
Incluso si ese número aumenta drásticamente, la tecnología eólica puede no ser adecuada para todas las embarcaciones pues, por ejemplo, no es viable en los casos en los que las velas interfieren con la descarga de contenedores.
«La industria naviera aún no tiene un camino claro hacia la descarbonización y, dada la escala, el desafío y la diversidad de la flota naviera mundial es poco probable que haya una solución única para la industria a corto o mediano plazo», dice Gordon.
Sin embargo, John Cooper, de BAR Technologies, es más optimista y dice que el futuro de las WindWings es «muy prometedor». También admite que le produce cierta satisfacción la idea de que la industria vuelva a sus orígenes.
«Los ingenieros lo odian, pero yo siempre digo que es una vuelta al futuro. La invención de los grandes motores de combustión destruyó las rutas comerciales y las rutas de navegación y ahora vamos a intentar revertir esa tendencia, solo un poco», dice.