Chile.- En el cierre del mes de la minería chilena, es momento de celebrar cómo nuestra industria está impulsando a gran velocidad la transformación pensando en el futuro que se acerca rápidamente a la minería.

Un desafío cubierto por el reciente estudio Technology Vision de Accenture, el que presentó Martín Tavíl en una columna en El Mercurio, con una conclusión interesante: la inversión de este sector de desarrollo productivo sobrepasa los promedios de las otras industrias, todo con el fin de capacitar a sus colaboradores en habilidades digitales lo que es relevante para el progreso en la minería y en nuestro país.

La minería está invirtiendo este año en el Internet de las cosas/cosas/sensores inteligentes de la mano del 5G, con un 95%; soluciones analíticas digitales que utilizan inteligencia artificial, con un 89%, y realidad aumentada/virtual, con un 80%.

Esta es una muy buena noticia, porque demuestra cómo la industria está aprovechando la oportunidad de inversión actual en acelerar la revolución digital de la minería. La pandemia aceleró el ritmo y la tecnología lo ha hecho posible.

Ahora el desafío está en escalar a todas las operaciones y las plantas, logrando la adopción.

Las cifras de inversión digital en la industria son claras:  la minería se está digitalizando a pasos agigantados, pero la inversión no valdrá la pena si la industria no adapta y prepara hoy a las personas, en especial ante un importante porcentaje de espacios laborales que se pueden automatizar.

Es importante recordar que existe una gran suma de labores en terrenos de la minería de aspecto mecánica, de mantención, operadores de máquinas e ingenieros que utilizan maquinaria pesada. Son estas labores que son altamente especializadas y repetitivas las que se encuentran en la mira de la automatización.

Es un gran paso que podría traer importantes réditos económicos al país ya que Accenture, en su estudio, proyecta que si la minería continúa transformándose y adoptando las nuevas tecnologías estratégicamente y decide capacitar a sus colabores, la minería aportaría US$ 2,8 mil millones al PIB de Chile con miras al año 2030.

Parte de esta gran modernización involucrará, además, el lugar desde donde se realizan las faenas. Las mineras, antes de la pandemia, ya estaban planificando la reubicación progresiva de los trabajadores de las faenas a las oficinas, y de estas, a los hogares para generar lugares de trabajo más seguros e inclusivos. El Covid-19 catalizó la aceleración a esta transformación.

Por ejemplo, en las primeras cuarentenas la presencialidad de los trabajadores bajó a 60%. Mientras que, en la actualidad, está entre un 70% y 80%.  Con respecto, al trabajo de oficina, pre-Covid-19, el trabajo presencial abarcaba un 90% y actualmente figura entre 30% y 40%.

Con la inversión y las herramientas digitales en el sector de la minería, el futuro es ahora.