Desde hace más de 60 días, los habitantes de la parroquia Pacto, en Quito, permanecen en vigilia aseguran que la proliferación de la minería ilegal en el sector contamina sus ríos y amenaza con acabar con la producción agrícola.
Los ingresos a la parroquia de Pacto, en Pichincha están cercados. Hace dos meses vigilan esta zona, en turnos rotativos de 24 horas y a la intemperie, todo con un solo objetivo, evitar que la minería ilegal prolifere en la zona. Temen que se repita lo que ocurrió en Buenos Aires, Imbabura.
La minería ilícita se ha tomado esta parroquia, está por todos lados. Los moradores cuentan que por eso se han levantado para impedir más extracciones que se harían al margen de la ley.
En una caminata de 3 horas en medio del chocó andino, una de las zonas más diversas del mundo, se evidencia que la minería ilegal ya ha empezado ha dejar su huella.
Se trata de una bocamina, es decir, una entrada al yacimiento minero, una de las tantas perforaciones ilegales en el sector.
Los moradores indican que llegaron tarde, no pudieron evitar que los sacos sean transportados. Solo quedó uno, lleno de rocas con cuarzos blancos , los cuales se procesan para extraer oro pero hay más sitios como estos en medio del bosque.
En el ministerio de ambiente lo sabe pues en este sector han realizado más de 20 inspecciones reafirmando estas denuncias. Aseguran que en los próximos días se reunirán con varias autoridades para buscar soluciones.
Mientras esto ocurre los pobladores continuarán levantados, pues saben que aquí la vida y la naturaleza están en juego.