A diferencia del sector hotelero de otras urbes del país, que pasa por una crisis severa debido a la pandemia, los establecimientos que ofrecen alojamiento en Loja y Zamora Chinchipe tienen ocupaciones superiores al 90%. Sus clientes laboran en la actividad minera.
En junio del 2020, los proyectos Fruta del Norte (Lundin Gold) y Mirador (Ecuacorriente), ubicados en Yantzaza y El Pangui, reactivaron sus actividades luego del confinamiento. Desde entonces subió la afluencia de huéspedes.
Como parte de los protocolos de bioseguridad, las mineras y las subcontratistas decidieron que los empleados nacionales y extranjeros cumplan con el aislamiento obligatorio de 15 días en esos establecimientos, antes de ingresar a los campamentos.
Además, los técnicos y colaboradores, que no son de Zamora Chinchipe, cumplen su período de descanso de siete días en los hoteles y no en los campamentos como ocurría antes de la pandemia. La intención es cumplir con el distanciamiento físico.
En esa dinámica, la prioridad la tienen los establecimientos con más habitaciones, espacios y mejores servicios, explica Frans Obaco, presidente de la Cámara de Turismo de Loja.
En esa dinámica, la prioridad la tienen los establecimientos con más habitaciones, espacios y mejores servicios, explica Frans Obaco, presidente de la Cámara de Turismo de Loja.
La compañía Lundin Gold utiliza las plazas de Loja y Ecuacorriente, las de Zamora Chinchipe. El hospedaje diario cuesta entre USD 15 y 40 por una habitación sencilla, en un hotel cuatro estrellas de Loja, sin incluir la alimentación.
En Zamora Chinchipe, la mayor ocupación la tienen los hoteles de Yantzaza, Centinela del Cóndor y El Pangui, que laboran con su máxima ocupación.
Entre los tres cantones hay 30 hoteles, hostales y hosterías, con 500 camas.
En casi todos se exhiben rótulos donde informan que “no hay habitaciones disponibles”. Eso ocurre en el Gran Hotel Yantzaza, Yanku, Oriental, Sebastian’s, Luciérnaga y Carolina, en Yantzaza.
“La minería nos salvó de quebrar en la pandemia, como ocurre con los hoteles de otras ciudades, que cerraron por la falta de huéspedes”, comenta el presidente de la Cámara de Turismo Yantzaza, Estuardo Arteaga.
En Centinela del Cóndor, las 11 habitaciones del Hotel Dorado están ocupadas desde hace un año. Según su propietario, Cristian Vivanco, al principio hospedaron al personal sanitario de primera línea del hospital, que quería aislarse de su familia o no los querían acoger en las casas que rentaban por miedo al contagio.
Desde junio, en cambio, recibieron a 20 ingenieros, perforadores y obreros de la minera SolGold, que llegaron para realizar estudios.Se quedaron cinco meses e hicieron ajustes en los espacios comunales para garantizar las medidas de bioseguridad, cuenta Vivanco.
Ahora, reciben a grupos de técnicos extranjeros de Ecuacorriente. Para Vivanco, con estos ingresos pueden cubrir los créditos, el mantenimiento y sueldos de los empleados.
“Esta reactivación hotelera es uno de los beneficios que deja la actividad minera”, señala Vivanco. De acuerdo con la empresa Ecuacorriente, entre agosto y diciembre del año pasado pagaron USD 377 259 en hospedaje para su personal.
En ese monto no se incluyen otros gastos como alimentación e implementos de bioseguridad. Ahora, ocupan 10 hoteles de Zamora Chinchipe y uno en Morona Santiago para hospedar a 135 colaboradores.
Para Jaime Reascos, presidente del Comité de Reactivación Productiva de Zamora Chinchipe, es gratificante que las mineras tomen en cuenta a los prestadores de servicios locales para asegurar el aislamiento de sus empleados.
El presidente la Federación Hotelera del Ecuador, André Obiol, confirma que los únicos ganadores de esta pandemia son los hoteles de Loja y Zamora Chinchipe que antes tenían una ocupación inferior al 30%, en promedio.
La capital lojana se beneficia de la ocupación por ser el punto de tránsito para las mineras. En este cantón, 10 hoteles trabajan con estas firmas entre las que están Sonesta, Gran Victoria, Libertadores y Loja; y el resto recibe a clientes ejecutivos, empresarios o turistas.
Sonesta tiene 73 habitaciones. El 19 de este mes tuvo una ocupación del 60%, con personal de las mineras. Para su gerente, Jorge Gutiérrez, hay una recuperación porque entre marzo y mayo pasado tuvieron las peores pérdidas sin tener huéspedes.
“Nos estamos reactivando”. El presidente de la Cámara de Turismo de Loja considera que la alta ocupación es temporal, hasta que baje la tensión sanitaria, llegue la vacunación para todos y se controle el virus del covid-19.