Jennifer Catani, de 12 años, demuestra una gran habilidad y precisión al operar maquinaria pesada en el río Upano, en Macas, provincia de Morona Santiago. Desde los 7 años, acompaña a su padre, Froilán Salinas, operador profesional de maquinaria, durante las vacaciones escolares.
Jennifer comenzó a aprender a controlar una excavadora Caterpillar de 26 toneladas bajo la guía de su padre. Ahora, ambos trabajan juntos, cada uno en su propia máquina, realizando actividades en el río.
El propietario de las maquinarias, que respalda la formación de Jennifer, no teme a las críticas. Defiende que los niños deben aprender un oficio decente siempre bajo la estricta supervisión de adultos, y que es importante enseñarles a ganarse la vida con un trabajo honrado.
La joven maquinista tiene el sueño de convertirse en ingeniera algún día. Mientras tanto, seguirá aprovechando sus vacaciones para aprender y perfeccionarse en esta profesión, demostrando que la pasión y la dedicación no tienen edad.
La historia de Jennifer es un ejemplo inspirador de cómo el apoyo familiar y la práctica temprana pueden fomentar habilidades y aspiraciones profesionales. Su dedicación y destreza no solo desafían las expectativas de edad, sino que también subrayan la importancia de la educación práctica y el aprendizaje continuo en la construcción de un futuro prometedor.
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C.A.