El reciente comportamiento del oro ha sorprendido a los mercados financieros de todo el mundo. Tras un período de pérdidas, el preciado metal dorado ha recortado esas pérdidas y se encamina a cerrar su mejor mes de los últimos cuatro. ¿Qué está impulsando este cambio y qué significa para los inversores y los mercados mundiales?
A las 1132 GMT del lunes, el oro al contado cotizaba sin cambios a 1,959.50 dólares por onza, tras haber caído un 0.5% con anterioridad. Los futuros del oro en Estados Unidos bajaban un 0.1%, a 1,959.30 dólares. Este comportamiento marca un cambio en las tendencias recientes y señala una posible recuperación a corto plazo del metal precioso.
Este cambio en la dirección viene tras datos que mostraron un crecimiento económico en Europa y una caída en la inflación. Según Carlo Alberto De Casa, de Kinesis Money, un euro más firme y un dólar más débil han ayudado al oro a consolidar su recuperación a corto plazo.
De Casa señala que “seguimos en un escenario de apoyo porque hay riesgo de recesión y la expectativa de que los bancos centrales van a ser más moderados el año que viene es el principal catalizador que apoya el precio del oro“. En otras palabras, la recesión inminente y la cautela de los bancos centrales están impulsando el precio del oro hacia arriba.
Otros metales preciosos también se encaminaban a cerrar el mes al alza. La plata mejoraba un 0.2%, a 24,39 dólares la onza, estirando su mejora mensual al 7.1%; el platino sumaba un 0.2%, a 936,95 dólares; y el paladio ganaba un 0.8%, a 1,254.98 dólares.
En este escenario de recuperación del oro, la prudencia es la clave. Mientras el mundo espera las decisiones de los bancos centrales y los mercados siguen siendo volátiles, el oro se presenta como un refugio seguro en medio de la incertidumbre económica.