En el sector San Alfonso, del cantón Camilo Ponce Enríquez, provincia del Azuay, un grupo de mujeres seleccionadoras de mineral iniciaron un emprendimiento de huerto orgánico con la finalidad de brindar una alternativa productiva, además de la minería en el sector.
En esta zona, un total 63 mujeres se dedican al ‘janche’, como ellas mismas lo definen, “uno va a las minas a recoger las piedras que salen dentro de los pozos de minas. Ellos (las concesiones mineras) botan ese material que ya no les sirve y nosotros lo coleccionamos y los llevamos a vender. A eso le llamamos un trabajo de jancheo”.
Con la llegada de la pandemia, la paralización de algunos sectores y la necesidad de generar ingresos, surgió la iniciativa de crear un huerto orgánico trabajado por mujeres que se dedicaban a seleccionar minerales. “Nosotros dependemos solo del ‘Jancheo’. Yo jancho desde los 10 años”, comentó una de las participantes del programa.
“El proyecto que llevamos en la Ponche Enríquez es un proyecto con mujeres jancheras que han trabajado en el jancheo por muchos años, algunas de ellas más de 30 años, es una alternativa de seguridad alimentaria para las familias de este sector, desde la producción saludable de alimentos”, comentó Katherine Intriago, técnica agroecóloga.
En 7 meses de trabajo llevan más de 15 producciones de pollos y la segunda producción de hortalizas, con la que se benefician 18 familias.
Asimismo, dentro del programa se les han brindado capacitaciones para ampliar sus conocimientos. “Todos los socios hemos aprendido a organizar la siembra orgánica, desde el proceso del abono”, señalan.
En el lugar se ha sembrado frejol, lechuga, col, cebollín, cebolla, tomate, pepinillos, y se cuenta con criaderos de pollos. “Nuestra meta es llegar a vender 200 pollos por semana”, comentó.
Este es proyecto que nació desde la pandemia, al no tener acceso a la alimentación por la escasez de recursos económicos para subsistir. A la vez, se presenta como una alternativa productiva para las mujeres en un cantón netamente minero.