Restos de comida, zapatos, escudos entre otros objetos se observan en las calles de Quito por el abandono de una parte de los manifestantes indígenas al paro nacional, mismo que es apoyado por la ciudad capital con el objetivo de frenar la violencia.
Aunque la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) sostuvo que la protesta continuaba, la masiva desmovilización de manifestantes fue evidente en Quito y en su lugar un grupo de artistas, feministas y colectivos afines al movimiento indígena que reclamaron “luto nacional” por los cinco indígenas fallecidos en los disturbios.
En este contexto, fue evidente el rechazo de los quiteños y sus intenciones de finalizar la medida de hecho de los indígenas a través de una masiva caravana por la paz en contra de la violencia y el vandalismo de las protestas indígenas encabezadas por la Conaie.
Como resultado, el paro que inició el pasado 13 de junio dejó cinco muertes de manifestantes, 12 policías heridos de bala y 17 militares víctimas de violencia. Además las pérdidas económicas ascienden a USD 500 millones.
Muerte cruzada
Nuevamente el fantasma de la muerte cruzada ronda por Ecuador, la bancada correísta reunió 47 firmas en busca de la destitución de Lasso por «grave crisis política y conmoción interna», sin embargo, el Partido Social Cristiano (PSC) y la Izquierda Democrática (ID) informaron que no apoyarán este mecanismo constitucional, acción que fue agradecida por el primer mandatario.