A pocos días del cambio de Gobierno en el Ecuador, dialogamos con a ex ministra de Minas, Rebeca Illescas,para conocer su perspectiva sobre la realidad actual del sector minero.
¿Cuál es el diagnóstico que tiene usted sobre la situación del sector minero en nuestro país?
Frente al escenario político y el sector minero, considero que es un momento importante; hoy estamos viviendo un cambio de gobierno, lo cual el sector estaba esperando por algunas necesidades y la importancia del mismo sobre todo para la macroeconomía del Estado.
Hoy es una oportunidad para poder mejorar algunas acciones, sobre todo en términos de Política Pública y mirar como a futuro el nuevo Gobierno del Presidente electo va a asumir este importante sector.
La minería ha superado al sector florícola en el rubro del Producto Interno Bruto del Ecuador, sin embargo, existen algunas complicaciones relacionadas con un sector antiminero que al parece no está dispuesto a dialogar, ¿Cómo ve este escenario?
Los sectores extractivos, siempre son complejos. Hacer minería, petróleo, no es fácil de entender. El Ecuador es un país petrolero y a la minería industrial todavía le cuesta explicar cuál es la dimensión, las oportunidades, y el futuro de este sector.
En estas circunstancias hay que aprender, avanzar en la comunicación y explicación, se debe enfocar en educar a la ciudadanía y explicar realmente la diferencia entre hacer una minería bien hecha, responsable y sostenible; y cómo la minería ilegal genera impactos en el país. Ese es el desafío en el que hoy se encuentra el sector frente a este nuevo momento político del cambio de gobierno.
Hace pocos días, el presidente electo, Guillermo Lasso, manifestó su apoyo al impulso de la minería responsable, proyectos de mega minería, pequeña minería y minería artesanal, que cumplan con todas las normativas legales. Ante esto ¿Cuáles serían los instrumentos y Políticas Públicas que el nuevo presidente debería implementar para generar mayor protagonismo, encadenamiento productivo, ofertas de empleo y la generación de divisas con el sector minero?
Todos los sectores productivos, son fundamentales para el desarrollo socioeconómico del país, siempre he visto a la minería – y no solamente la minería sino todos los sectores extractivos- como una oportunidad para acelerar el desarrollo socioeconómico, convirtiéndose en una nueva alternativa para el próximo gobierno. Los sectores son sensibles, es importante explicar cuáles son los desafíos, necesidades y por supuesto también las complejidades que tiene la minería.
La gran minería o la minería industrial, así como también la pequeña minería, la minería artesanal tienen que, insertarse en este proceso del sector productivo, para aportar al desarrollo económico.
La minería artesanal o la pequeña minería, no genera un impacto desde la macroeconomía, pero implementa encadenamientos productivos y sobre todo en el territorio en donde se trabaja. En cambio, la minería industrial, la gran minería, impulsa importantes ingresos al Estado. Por ejemplo, en el 2020, gracias a las exportaciones de la minería, más de 800 millones de dólares en exportaciones se logró sostener a la dolarización en momentos complejos, cuando el precio del crudo bajó.
Lo que se debe hacer, es trabajar en una Política Pública y en una Gestión Pública eficiente, que apoye desde la minería artesanal, la pequeña minería, y también por supuesto la mediana y la gran minería.
Hay mucho por hacer en el Ecuador, temas que deben ser abordarlos de una manera seria y responsable, para lo cual las Instituciones Públicas deben fortalecer su trabajo y apoyar al sector para generar más encadenamientos productivos, trabajar de una forma legal, formal y, además que las grandes empresas puedan explorar y avanzar en los proyectos de minería a gran escala.
Conocemos que usted lidera la Alianza para el Emprendimiento e Innovación del Ecuador (AEI) ¿En qué consiste este proyecto y cuál es su vinculación con el sector minero?
Es uno de los temas interesantes que se presenta hoy en el Ecuador, en el cual se debe trabajar. Estamos convencidos que la minería puede ser un aporte para el desarrollo socio económico del país, hacemos eventos o participamos en ellos, conversamos con personas vinculadas al sector, el desafío es abrir esa conversación. Creo que uno de los trabajos fundamentales que se realiza en AEI es, por ejemplo, que los medios de comunicación, como ustedes, Prensa Minera, abren ese espacio; una conversación seria, responsable, técnica y respetuosa, no solamente entre los conocedores de minería, sino también a otros sectores.
Lo interesante es que hay otros espacios productivos y empresariales que ven a la minería como uno de los sectores que pueden atraer grandes cantidades de dinero, y esto significa que podemos apoyar y aportar a la macroeconomía del Estado, no solamente sostener la dolarización, sino también que el Estado pueda tener recursos para poder invertir en temas de educación, salud y desarrollo de emprendimientos en las comunidades.
La Alianza para el Emprendimiento e Innovación, es una organización sin fines de lucro que congrega a más de 120 empresas serias a nivel nacional, la cual ha visto en la minería esta oportunidad para poder generar encadenamientos productivos y nuevas industrias alrededor de la actividad minera.
Estamos trabajando en este proyecto, lo que buscamos es promover y generar minería responsable, sostenible, que sea respetuosa con el ambiente, con las comunidades y que promueva estos nuevos servicios y emprendimientos para la minería.
Es importante también indicar que, nosotros estamos en un momento en la cual, a diferencia de otros países como Perú o Chile que han desarrollado minería desde hace 30 – 40 años, en Perú 10 – 20 años; nosotros podemos tomar los ejemplos de estos países y hacerlo mejor. Conocer los desafíos que tenemos en un país mega diverso con sensibilidades ambientales, y que tenemos la responsabilidad de hacerlo de la mejor manera.
Estamos aprendiendo, hemos mirado las experiencias de otros países y sabemos que podemos mejorar ese desarrollo de un sector tan importante como la minería en todos los aspectos. Desde las inversiones privadas, la parte técnica, ambiental y por supuesto el respeto absoluto a las comunidades.
Ante la necesidad que tiene este sector de corregir, superar, en base a las experiencias de otros países, ¿Cuál sería la hoja de ruta para desarrollar estas nuevas dinámicas entre las comunidades y los sectores estratégicos, conociendo que hay algunos puntos conflictivos en el Ecuador con la minería?
Primero hay que hacer un análisis muy riguroso sobre la historia y el escenario de la minería en el Ecuador. Por otro lado, aprender de nuestras propias experiencias y errores es fundamental, también mirar las experiencias de otros países, en lo posible y en lo que corresponda, para poder adaptarlo.
Sin embargo, esto le compete al Gobierno Central, pero desde mi experiencia no solamente desde el Ministerio de Minería, sino también desde el sector Público y la Gestión Pública, es un desafío, en el cual, si no miramos el tema como un desarrollo compartido, nunca lo vamos a lograr.
La minería tiene que trabajar desde un espacio colaborativo en el cual podamos ser suficientemente sensibles para poder resolver todas las inquietudes, dificultades y las dudas de las comunidades, para poder desarrollar proyectos que sin duda generan un impacto en los territorios. Lo importante es promover mesas de diálogo abiertos, en los cuales se pueda escuchar tanto a las comunidades, empresas y por supuesto también al Estado.
Si nosotros transparentamos esta información, con los mecanismos y metodologías adecuadas para que las comunidades puedan estar permanentemente informadas, sin duda van a poder desarrollarse los proyectos de las empresas que sean las más serias y responsables, que puedan insertarse en este proceso.
En el mundo de hoy no es posible hacer ni minería, ni petróleo, ni ningún otro proyecto extractivo, sin que se comunique de manera adecuada; no estamos en una época en la cual las empresas puedan hacer algo sin que se consulte, se comunique o se informe oportuna y correctamente a las comunidades. Ese debe ser el desafío, seguido de la pregunta cómo hacemos para que tanto las comunidades, como las empresas y el Estado, puedan hacer más efectivo este desarrollo compartido.
El discurso del ecologismo radical se ha sobre dimensionado en la juventud, lo que no se evidencia es a una minería generadora de divisas, encadenamiento productivo y plazas de trabajo ¿Qué mensaje compartiría con los jóvenes para reconocer al sector extractivo como una necesidad?
Hay que entender las dudas alrededor de los sectores extractivos, las cuales son válidas; cuando una lucha se pone en contra, trata de minimizar o de ocultar una duda alrededor de un sector que tiene muchísimos cuestionamientos, estamos perdiendo. Pienso que primero hay que transparentar cuáles son los miedos y las dudas, y a partir de eso ir revisando los verdaderos problemas alrededor de los sectores industriales extractivos.
Por supuesto que hay un sector demasiado radical, conservador y antiextractivista, por lo que considero que la intensión no sea convencerlos, sino todo lo contrario, hay que ser respetuoso, frente a esas posiciones, existe un grupo en el cual están absolutamente convencidos que el desarrollo económico del país y del mundo no va por ahí.
No podemos ponernos a discutir si es o no viable hacer minería, un sector que genera la cantidad de ingresos económicos para poder desarrollar el país, en ese sentido lo primero es que se debe entender es cuál es el impacto real de las industrias extractivas frente al ambiente. La minería no es el sector que impacta más en el ambiente.
Si nosotros realmente estamos preocupados por la conservación, debemos considerar que tanto la agricultura, la frontera agrícola, las industrias de ganado, generan mayor impacto ambiental que la minería. Entonces, en ese sentido creo que es una bandera de lucha de un grupo antiextractivista minero que al final del día lo que hace es vivir de esa actividad antiminera; no tienen realmente un contenido o un sentido de conservación y de apoyo, para mejorar la situación ambiental del mundo, es como más intereses personales y particulares.
Cuando nos ponemos en contra de la minería no estamos salvando a nadie, no estamos salvando absolutamente nada y, además, finalmente cuando hablamos del transporte y del consumo de los combustibles fósiles. El presidente Biden, habla también de dejar de consumir los combustibles fósiles hasta el año de 2050. Esto significa que el cambio de la matriz energética en el mundo va a las energías renovables y las cuales son intensivas en el consumo de minerales, porque para poder tener energía renovable necesitan tener cobre, oro, litio, etc.
La discusión de hacer o no hacer minería, hoy en el mundo no existe. Cuando me han preguntado desde cualquier espacio, mucho más con quienes hemos estamos conversando hacia dónde va el mundo, hacia eliminar el consumo de combustibles fósiles y además, en la situación de pobreza de muchos de los países como los nuestros, donde hay pobreza y hay minerales, una minería industrial, que pague impuestos y genere ingresos al Estado o queremos una minería ilegal, que genere impactos ambientales. No hay discusión si se debe hacer o no minería, las organizaciones, los grupos activistas antimineros solamente se oponen a la minería industrial, no se oponen a la minería ilegal, y eso lo conoce ustedes como medio de comunicación.
Entonces, esa es la discusión hoy, cómo nos insertamos con el país en este tren de las energías renovables, en el cual nos permita a nosotros ser protagonistas de este nuevo escenario de energía en el mundo, pero de una forma bien hecha.
De alguna manera usted nos ha visto crecer, hace muchos años cuando Prensa Minera iniciciaba, hemos liderado y denunciado a la minería ilegal ¿Qué hacer con la minería ilegal?
Hablar de la minería ilegal es complejo. Primero la minería ilegal es un delito, no le corresponde al sector de minería resolver este tema, en el sentido de que es un delito. En el caso de minería es sumamente importante este límite, por lo tanto, le corresponde al Ministerio de Gobierno, a la Fiscalía, al Sistema Judicial, atacarlo desde estas entidades.
Ahora, dos temas importantes, uno, la minería ilegal existe porque no se permite, por otro lado, hay que mirar que hay dos tipos de minería ilegal a pesar de que jurídicamente solo hay una, que es la ilegalidad, pero lo cierto es que hay muchos mineros artesanales que caen en la informalidad y, por lo tanto, jurídicamente son ilegales, y esto, porque el propio Estado es ineficiente y no ha podido darles los permisos, para que pueda trabajar de manera formal y legal.
Existen tantos permisos mineros, como los ambiéntales, derechos mineros, entre otros que no han podido ser entregados, este grupo de mineros tienen que ser insertados en un proceso formal, regularizarles, apoyarles, controlarles, etc. Y tenemos otro grupo de mineros que, como usted conoce, son mafias, y que son estructuras distintas. Ahí es un tratamiento distinto y como digo, ya lo debe abordar el sector de seguridad.
Sin embargo, también mientras exista mayor cantidad de proyectos grandes, la minería industrial, la gran minería, -no porque lo digo yo, sino porque los estudios lo dicen así en el mundo- es que mientras exista mayor minería formal, minería industrial va absorbiendo a estos mineros informales. Y eso es lo que debería apuntar el país para los próximos 30 años.
Un mensaje final para el sector minero
Creo que en el Ecuador es una oportunidad, hacer minería, es un desafío y para el Gobierno Nacional es una oportunidad en hacerlo bien, hacer una minería bien hecha que permita acelerar el desarrollo socioeconómico del país.
Siempre tenemos que mirar como ciudadanos, si vamos hacer este aprovechamiento responsable de nuestros recursos naturales, debe ser en primer lugar para beneficio de las comunidades y el desarrollo en el país.