Rescatan a dos trabajadores atrapados en mina de Lenguazaque, Cundinamarca

Tomado de: https://www.infobae.com/

Los dos mineros habrían quedado atrapados luego de que se presentara una falla mecánica en el malacate, que rompió el eje del tambor con el que se enrolla el cable y la vagoneta de extracción de carbón.

Este 21 de junio, el Grupo de Seguridad y Salvamento Minero de la Agencia Nacional de Minería informó que se logró el rescate de dos trabajadores atrapados en la mina El Bosque de la vereda Gachaneca, en el municipio de Lenguazaque, Cundinamarca.

De acuerdo con la Agencia de Minería, la zona fue estabilizada y se logró remover el derrumbe ocurrido el pasado jueves 17 de junio. Desde que se conoció la noticia del derrumbe, los grupos de salvamento minero y socorristas iniciaron el protocolo para poder rescatar a los atrapados.

Según las investigaciones preliminares de la ANM, el derrumbe se habría dado por una falla mecánica. Además, la unidad minera sería ilícita y no tendría los permisos de operación o licencia ambiental, por lo que la autoridad ambiental ordenó el cierre a todo el título minero.

Durante el rescate, Juan Miguel Durán, presidente de dicha agencia, contó que se pudo establecer contacto con los dos trabajadores atrapados en este hecho, y agregó que “sus condiciones son favorables”.

Valga señalar que, los accidentes de este tipo no son ninguna novedad en Lenguazaque. Está el caso del derrumbe registrado en agosto del año pasado, cuando tres trabajadores quedaron atrapados a 21 metros de profundidad tras una explosión subterránea en el mismo sector de Gachaneca. Si bien lograron rescatarlos, las labores tomaron cerca de 72 horas dada la gran cantidad de tierra que hubo que extraer.

De igual manera, destacan los casos del rescate adelantado en 2018, cuando se necesitaron 22 horas de labores continuas para lograr la salida de otros tres trabajadores atrapados por un derrumbe en una mina de carbón del municipio; o del 2017, en el que el mismo tipo de evento terminó arrebatándole la vida a dos personas.

Adicionalmente, solo el año pasado se registraron 134 emergencias mineras que dejaron un total de 152 fallecidos, siendo esta última la cifra más alta en los últimos 10 años. Los principales escenarios de estas catástrofes fueron Boyacá, donde se dieron 51, Antioquia con 25 y Cundinamarca con 16, mientras que la causa más común para los mismos es justamente el derrumbe de las instalaciones, con una frecuencia del 28,4 por ciento. Igualmente 52 de estas se presentaron en socavones ilegales, mientras que 66 fueron en explotaciones con título minero.

Entre los casos más recordados de este año se listan el de los 11 mineros fallecidos en Neira, Caldas, a causa de una inundación en un socavón ilegal de oro ocurrida el 26 de marzo; y el de tres rescatados y nueve fallecidos en una explotación de carbón en el municipio de Socha, en el oriente del departamento de Boyacá, entre el 11 y 12 de junio.

Minería ilegal deja estragos a su paso en Colombia

El último informe disponible del Ministerio de Minas y la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito muestra que el 66 % de explotación de oro en el país durante 2019 fue ilegal, lo que corresponde a 64.700 hectáreas. Esto representa un crecimiento respecto al 2018 cuando se detectaron 52.400 hectáreas, un 57% del total nacional, siendo los departamentos más afectados Chocó, Antioquia, Bolívar, Córdoba y Nariño.

“La explotación ilícita de minerales utiliza el lavado de activos para dar apariencia de legalidad a un dinero que se obtiene transgrediendo las normas mineras”, agrega el informe de 2019.

A inicios de abril la Fiscalía capturó por lavado de activos a 25 presuntos integrantes de organizaciones dedicadas a la comercialización del oro ilegal que se explotaba en Colombia y se enviaba hacia países como Estados Unidos, Emiratos Árabes y Turquía.

“Con este esquema ilícito presuntamente se lavaron 5,8 billones de pesos (1,5 millones de dólares)”, informó la Fiscalía en un comunicado el 15 de abril. Las explotaciones ilegales de oro dejan a su paso un grave daño ambiental.