Tras tres operativos conjuntos de la Policía Nacional y el Ejército del Perú, la cantidad de dragas dedicadas a la minería ilegal en el río Cenepa se ha reducido a la mitad. Sin embargo, persiste el riesgo de que la actividad ilegal resurja y amenace nuevamente a las comunidades indígenas awajún en esta región cercana a la frontera con Ecuador.
La investigación reveló inicialmente la presencia de 70 dragas operando en la cuenca del río Cenepa, extrayendo oro y afectando directamente a siete comunidades indígenas awajún. Aunque las acciones de las autoridades lograron disminuir la cantidad de dragas, líderes locales advierten que el riesgo de que los mineros retomen el control del río persiste.
En septiembre, se documentó la impactante escena a lo largo de los 38 kilómetros del río Cenepa, donde dragas operaban incesantemente, involucrando a unos 15 mineros no indígenas en cada balsa. El informe destacó el empleo de niños en labores de cuidado de motores y la explotación de mujeres adolescentes, revelando una realidad desgarradora en comunidades como Tutino, Nuevo Tutino, Pagki, Wawaim, Mamayaque, San Antonio y Huampami.
Las tres primeras comunidades, consideradas epicentro de esta problemática, incluso enfrentaban la presencia de grupos armados organizados por los mineros ilegales.
A pesar de los esfuerzos iniciales, la preocupación persiste en la Amazonía peruana, subrayando la urgencia de acciones continuas y sostenibles para preservar no solo el medio ambiente, sino también la integridad y el bienestar de las comunidades indígenas afectadas.
C.A.