Aunque tiene una concesión en Imbabura de por lo menos 20 mil hectáreas, la empresa Hanrine no puede acceder a ellas por el conflicto con la comunidad, que se niega a dejar ingresar a los trabajadores al lugar.
Desde que llegó al sitio en 2017, la empresa no ha podido ingresar debido a los conflictos con los moradores del sector, lo que tiene el proyecto paralizado.
La situación, que no ha podido ser destrabada, preocupa a la matriz de Hanrine, Hancock Prospecting Pty, con sede en Australia, que estaría considerando seriamente, según supo este portal, abandonar el predio y traspasar su concesión a otra minera.
Esto significaría que por lo menos 800 personas serían despedidas. El principal de Hanrine, Carlos De Miguel, denunció haber sido víctima de un allanamiento ilegal y de presiones por parte de ministros de Lenin Moreno, cuyo trasfondo habría sido favorecer a la minera estatal chilena Codelco, que también tiene intereses en la búsqueda del cobre en la región.