La inseguridad provocada por los mineros ilegales y los antimineros extremistas con antecedentes de minería ilegal en las zonas de extracción minera mantiene en zozobra a los habitantes que viven en sitios adyacentes a los yacimientos minerales.
Los actos de violencia registrados en el marco de las manifestaciones por infiltrados, solo destacó una problemática que yacía desde mucho tiempo atrás, como fue el caso de la Merced de Buenos Aires en Imbabura.
Los ataques hacia la minera Hanrine y la obstaculización de las carreteras de ingreso a la misma, hizo que habitantes exigieran a las autoridades del Estado brindar la seguridad necesaria para evitar el cometimiento de nuevos delitos, cuyos daños fueron más allá de lo material y atentó contra la vida de los habitantes.
La población de Buenos Aires debe ser de libre tránsito, por ello, solicita el urgente accionar de las fuerzas del orden para erradicar la violencia suscitada por ilegales que buscan liderar zonas extractivas de minería legal y responsable de la compañía Hanrine.