El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha restablecido su campaña de «máxima presión» sobre Irán, con el objetivo de reducir a cero las exportaciones de petróleo del país persa y evitar que desarrolle armas nucleares. Esta medida incluye la imposición de sanciones económicas y mecanismos de aplicación para garantizar su cumplimiento.
Trump firmó un memorando presidencial que ordena al secretario del Tesoro imponer la «máxima presión económica» sobre Irán. El presidente culpó al expresidente Joe Biden por no aplicar rigurosamente las sanciones, lo que, según Trump, permitió a Irán financiar su programa de armas nucleares. Irán ha negado estar desarrollando armas nucleares, aunque la Agencia Internacional de Energía Atómica ha señalado que está enriqueciendo uranio a niveles cercanos al grado de armas.
Además, Trump ha dejado instrucciones para que, en caso de será sesinado por Irán, el país sea «aniquilado». Esta advertencia se produce en medio de tensiones persistentes entre Washington y Teherán, que se intensificaron tras el asesinato del general iraní Qasem Soleimani en 2020.
La comunidad internacional observa con atención estas medidas, que podrían tener implicaciones significativas en el mercado global de petróleo y en la estabilidad geopolítica de la región.
C. A.