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El nombre de Cajamarca en la historia de América Latina, tiene un karma: el oro.
En Cajamarca fue donde a traición, y con la ayuda de un fraile, capturaron los invasores españoles a Atahualpa (nacido en lo que hoy Quito-Ecuador), el último Inca del Tahuantinsuyo, en 1536.
El rescate que Atahualpa, pagó por su rescate (los españoles cobraron el rescate y asesinaron a Atahualpa) en una de las mayores muestras de pillaje en la humanidad, es según el Premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, el mayor que se ha pagado en la humanidad. Según “comisión de historiadores y economistas ha calculado exactamente en 647 mil 74 millones de dólares”.
Pues bien Cajamarca, ese nombre, sigue produciendo oro 500 años después. En el Perú, en Cajamarca se encuentra la mina más grande de Latinoamérica, Yanacocha. Y en la otra Cajamarca, en Colombia, se pretendía establecer otra mina de oro “La Colosa”.
El alcalde de Ibagué, ciudad a la que se pertenece la Cajamarca de Colombia, dentro de un proceso de potencialización turística de esta bella ciudad del eje cafetero de Colombia, y ante la presión ciudadana, convocó a una consulta popular, sobre la posibilidad o no de practicar minería en esta zona de grandes riqueza hídricas, naturales y ecológicas.
¿Está usted de acuerdo Sí o No que en el municipio de Cajamarca se ejecuten proyectos y actividades mineras?
Fue la pregunta a la que se sometieron los ciudadanos de Cajamarca, con un resultado, que habría significado la ruina de las empresas de consultas y pronóstico electoral, pues fue en estos un 98% en contra, y 1% a favor y un 1% nulo.
Para la Agencia de Prensa Minera esto sucede porque en Colombia, al contrario del Ecuador, los procesos mineros no han estado regulado, y los contratos no se han firmado, con todas las garantías que el gobierno de Rafael Correa ha exigido a las empresas mineras. Lo que ha hecho que los habitantes de Ibagué, en el Tolima, se hayan opuesto a las actividades de la megaminería a cielo abierto en La Colosa, que habría sido la mayor en suelo colombiano.
Los resultados de esta consulta popular son vinculantes, el alcalde de Cajamarca, Pedro Pablo Marín, asegura que están dadas todas las garantías para que el ejercicio electoral sea democrático y transparente. “Tengo respeto total por la decisión que tome cada ciudadano en los temas de minería. Mi administración tiene respeto por los del No y por la abstención, cualquiera que sea el resultado de la consulta popular, en últimas obedece a la voluntad del pueblo de Cajamarca”, afirmó el mandatario.
Cabe destacarse que quienes defendían el No, fueron denunciados por que ofrecían un supuesto pago de 600.000 pesos a cambio de quedarse en la casa y no votar y del ofrecimiento de un viaje, con transporte y alimentación, al Milagroso de Buga, Valle, con la intención de “impedir que la gente vote”.
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