La minería: un impulso para las energías verdes
Tomado de: https://www.panamaamerica.com.pa/
Lograr mejorar el medio ambiente es una visión para el mundo. Para ese proceso, se ha trazado como meta un desarrollo bajo en carbono, es decir, menos dióxido de carbono (CO2). Este gas es clave en el efecto invernadero, fomentando el cambio climático global; sin embargo, aunque se trate de un debate, los expertos aseguran que la minería será fundamental para lograr un futuro bajo en carbono.
Los entendidos en el tema explican que la minería puede ser un impulsor de un futuro bajo en carbono, porque provee metales y minerales que son necesarios para las energías renovables y tecnologías amigables con el entorno.
En 2017, un informe del Banco Mundial, titulado «The Growing Role of Minerals and Metals for a Low-Carbon Future» («El creciente papel de los minerales y metales para un futuro con bajas emisiones de carbono») detalló que se espera que el aumento de las tecnologías de energía verde, necesarias para un futuro con bajas emisiones de carbono, provoque un crecimiento significativo de la demanda de una amplia gama de minerales y metales, como el aluminio, el cobre, el plomo, el litio, el manganeso, el níquel, la plata, el acero y el zinc y los minerales de tierras raras.
En un video denominado «Minería climáticamente inteligente: minerales para la acción climática», el Banco Mundial menciona que un aerogenerador (energía eólica) de tres megavatios necesita 4,7 toneladas de cobre, las celdas solares también necesitan muchos minerales e incluso metales preciosos como la plata; también será necesario para vehículos eléctricos. De hecho, los vehículos convencionales contienen entre 18 a 49 libras de cobre, mientras que un vehículo eléctrico contiene 183 libras y un autobús totalmente eléctrico necesita 814 libras de cobre.
El informe «Minerales para la acción climática: la intensidad de los minerales de la transición a la energía limpia» del Banco Mundial, lanzado en enero de este año, concluye que la producción de minerales podría aumentar en casi 500% para el 2050, para cumplir la creciente demanda de tecnologías de energía limpia. Se estima que se necesitarán más de 3.000 millones de toneladas de minerales y metales para desplegar energía eólica, solar y geotérmica, así como almacenamiento de energía necesarios para lograr un futuro por debajo de los 2 grados C.
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