“El oro revive como moneda de cambio internacional”
Tomado de: https://www.lavanguardia.com/
Francisco Blanch forma parte de ese grupo de españoles que han llegado alto en la jerarquía de una gran corporación internacional. Es el jefe global de materias primas y derivados de Bank of America y dispone de una amplia visión acerca de los movimientos de capitales en tiempos de creciente tensión internacional. La perspectiva global le conduce a una preocupación algo más regional: Europa, avisa, se encuentra en un momento delicado.
“Europa tiene un problema energético muy importante y no se puede convertir en un museo”
¿Qué le pasa a Europa?
Europa tiene un problema energético muy importante. La demanda europea industrial de gas está igual que cuando los precios andaban diez veces por encima de los actuales. Hoy los precios han caído un 90% y aun así la demanda no se ha recuperado en absoluto. ¿Por qué? porque hemos cerrado fábricas, en Alemania sobre todo.
¿Qué consecuencias tiene eso?
La guerra de Ucrania y la pérdida del acceso a la energía han provocado una reducción muy fuerte de inversiones y cierre de fábricas en Europa en el ámbito, por ejemplo, de metales industriales o plantas químicas. Y está claro que no están volviendo esas empresas, a pesar de la bajada de los precios de la energía.
A eso se suma la amenaza rusa.
Rusia tiene una economía de guerra. Ha venido acelerando la producción. Un ejemplo del gran drama de la industria europea es la ayuda militar a Ucrania. Como dijo Enrico Letta (ex primer ministro italiano) en una conferencia de Bank of America, el 80% de lo que se ha entregado a Ucrania no se ha producido en Europa. Por eso digo que la industria europea tiene un problema muy importante de competitividad y de capacidad productiva.
¿La automoción es de las industrias más afectadas?
Europa tiene el problema adicional de que Estados Unidos está hablando de imponer aranceles sobre el cien por cien de los vehículos eléctricos chinos. China nos va a enviar todos los coches eléctricos. Esto te puede deshacer la industria europea, como se hizo con la de los paneles solares. Al final, competir con china es muy difícil porque tiene unos costes bajísimos.
¿Habría que producir minerales en Europa?
No hay muchos recursos minerales. Pero Europa tiene sus ventajas, como la de disponer de una mano de obra muy cualificada. También importan aspectos como el procesamiento de datos y la inteligencia artificial. En cambio la demanda energética va para atrás. La demanda eléctrica cayó un 5% el año pasado y seguimos cerrando centrales nucleares y sin una visión clara de hacia dónde va esto.
¿Se han tomado malas decisiones?
Europa no se puede convertir en un museo. Para seguir aumentando la calidad de vida de los ciudadanos europeos necesitas muchas cosas, y se ha descuidado bastante el ámbito de las materias primas. Muchas de las cosas que se hicieron contra Rusia hirieron a Europa sin llegar a limitar los recursos del Gobierno ruso. La mitad de la energía europea venía de Rusia antes de la guerra y hemos limitado mucho esto. El gas sí, pero el petróleo iba de Rusia a Europa y ahora va de Rusia a Oriente Medio y de vuelta a Europa. Es que ni las moléculas ni los electrones tienen bandera.
¿Qué previsiones hay de precios energéticos?
La Administración de Biden está obsesionada con bajar los precios energéticos globales. El tema que más ha hecho sufrir al Gobierno norteamericano es que la inflación se ha disparado. Han tomado todo tipo de medidas, desde permitir que Irán exporte más petróleo hasta limitar las sanciones europeas a Rusia, abrir la reserva estratégica de petróleo o no hacer nada por parar la producción de gas y electricidad en EE.UU.
“La Administración Biden está haciendo lo imposible para llegar a noviembre con la inflación contenida”
¿Se mantendrá el escenario?
Para Biden bajar la inflación es clave. Es el primer presidente desde Jimmy Carter que no ha creado un incremento de ingresos reales positivos. El problema del actual presidente es que la inflación ha superado el crecimiento de los salarios de las familias, y eso es difícil de perdonar. El americano vota más con el bolsillo. Eso lo resuelve tratando de bajar la inflación, abriendo las puertas de la energía. La economía todavía tiene inflación pegajosa, si el precio del petróleo sube a 120 o 140 dólares, te vuelve la inflación. Están haciendo lo imposible para llegar a noviembre con los precios contenidos.
¿Cómo influye la guerra en Gaza?
Ha tenido un impacto muy importante sobre todo en las cadenas logísticas. Al atacar a los barcos , se ha obligado a extender las rutas, y los barcos van más rápido. A nivel global su velocidad ha aumentado un 10%, y eso consume más. También necesitas rutas más largas y más petroleo en las tuberías, y eso provoca unos mayores inventarios operativos. El petróleo está relativamente bajo a pesar de todo, pero porque EE.UU. ha soltado el 40% de la reserva estratégica. Han dejado que los rusos sigan exportando, lo que les ha permitido a los segundos reciclar los recursos en su economía y seguir avanzando en su guerra.
¿Qué ocurre con las inversiones y los precios de los alimentos?
El determinismo malthusiano de que nos íbamos a quedar sin comer se ha batido con la tecnología. Los precios subieron mucho por la guerra rusa en Ucrania, pero esto se resuelve rápidamente por el efecto de la inversión en otros lugares. La agricultura responde muy rápido porque son ciclos de uno o dos años. Si miras los precios del maíz, el trigo o la soja, han caído mucho. Son materias primas con una respuesta de oferta muy rápida.
¿Y el cambio climático?
Es muy difícil predecir aspectos como la desertificación de ciertas zonas o las subidas del nivel de agua. Es un tema de adaptación. No es un caso claro de que haya un colapso. Lo que va a dominar el discurso sobre el cambio climático es la adaptación.
¿Han funcionado los mercados de CO2?
El CO2 es una materia prima como cualquier otra, pero su mercado es una entelequia creada por los gobiernos. Tiene presente, pasado y futuro. Ya existe y es un mercado muy importante para crear incentivos, para consumir, producir, sustituir, almacenar y ser más eficientes. La tonelada está en 60 dólares y pensamos que el mercado va al alza. Pensamos que 150 es precio objetivo a largo plazo.
¿El oro sigue siendo el gran refugio?
Tenemos un objetivo de precio bastante fuerte, de 3.000 dólares por onza. Ahora estamos en 2.350 dólares, que es casi récord. Está reflejando la gran fractura geopolítica en el mundo. El oro tiene un gran problema, que no hay suficiente para la cantidad de dinero que hemos imprimido y las maniobras que hemos realizado. Congelamos las reservas del banco central ruso. Esto ha acelerado la dinámica de que hay bancos centrales que ven que el mundo esta fracturado. Diversifican y algunos de estos bancos centrales como el de India están comprando oro. De repente, el oro ha revivido como moneda de cambio internacional. Los pequeños inversores chinos también están comprándolo.
¿Y qué previsiones de precios hay para el petróleo y el gas?
El año que viene el Brent lo tenemos a 80 dólares, aunque la geopolítica se puede complicar mucho. En el gas, vemos los precios subiendo el año que viene. Nuestra impresión es que el TTF europeo estará en 35 euros por megavatio hora. Pensamos que hay un piso fuerte a 25 y creemos que por encima de 70 euros empiezas a romper mucha demanda.
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