Expansión alarmante de la minería amenaza la Amazonía ecuatoriana

La actividad minera se concentra principalmente en tres provincias: Napo, Zamora Chinchipe y Sucumbíos.

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Un vasto manto verde, que durante siglos ha sido el pulmón del planeta, enfrenta una creciente amenaza en la Amazonía ecuatoriana. La proliferación de la minería ha abierto brechas en este tesoro natural, poniendo en peligro su biodiversidad y su futuro.

Según el último informe de la iniciativa civil MapBiomas Ecuador, la expansión de la minería en la región ha sido exponencial en los últimos años. Entre 2015 y 2021, la superficie destinada a la minería en la Amazonía ecuatoriana aumentó en un alarmante 300%, llegando a 7.495 hectáreas en 2021. Esta cifra equivale a aproximadamente 10.555 canchas de fútbol profesional.

Los datos revelan que la actividad minera se concentra principalmente en tres provincias: Napo, Zamora Chinchipe y Sucumbíos. En Napo, la superficie minera creció de 270 a 1.125 hectáreas entre 2015 y 2021, representando un aumento del 316%. En Zamora Chinchipe, que alberga el 67% de la minería de la Amazonía ecuatoriana, la expansión fue del 270% en el mismo período, alcanzando un total de 5.034 hectáreas. Mientras tanto, Sucumbíos experimentó un crecimiento del 750%, mostrando una tendencia preocupante hacia un desarrollo minero acelerado.

La minería ilegal, en particular, ha surgido como una grave preocupación para los expertos. Según Fabricio Yánez, especialista en gestión minera, este tipo de minería, desprovisto de cualquier regulación, representa una amenaza aún mayor debido a su impacto destructivo y contaminante. Se estima que la minería ilegal deposita cantidades alarmantes de mercurio y cianuro en el medio ambiente, causando daños irreparables a los ecosistemas.

Paulina Garzón, directora de Latinoamérica Sustentable, señala que incluso la minería legal contribuye al crecimiento de la actividad minera ilegal, al revelar zonas ricas en recursos minerales. Además, advierte sobre los peligros inherentes a los grandes proyectos mineros, como el proyecto Cóndor Mirador, que carecen de evaluaciones técnicas sólidas y pueden provocar daños irreversibles en la Amazonía ecuatoriana.

La expansión minera también ha provocado una preocupante deforestación en la región. Según MapBiomas, entre 2017 y 2021, la minería reemplazó más de 889 hectáreas de bosque amazónico, equivalente a más de 1.250 canchas de fútbol profesional. Esta deforestación, que se concentra principalmente en las provincias de Zamora Chinchipe y Sucumbíos, representa el 46% del total de la expansión minera en 2021.

Ante esta creciente amenaza, los llamados a la acción se hacen cada vez más urgentes. Expertos y defensores del ambiente instan a las autoridades a tomar medidas decisivas para proteger la Amazonía ecuatoriana y su invaluable patrimonio natural. La preservación de este ecosistema no solo es vital para la biodiversidad global, sino también para el bienestar de las comunidades que dependen de él para su sustento y su cultura.


C.A.

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